¿Y ahora qué Honduras?

Desde este verano Honduras ha estado en los titulares de la prensa latinoamericana sin parar. ¿Pero será que ya todo llegará a su fin? El 28 de junio de 2009, el presidente hondureño Manuel Zelaya fue sacado del país por el ejército hondureño, liderado por Roberto Micheletti, por una orden judicial. La manera en la cual sacaron a Zelaya no estuvo correcta deacuerdo a la Sra. Manuel, maestra de derechos humanos en Blair, nos dijo que "la decisión del ejército de forzar a Manuel Zelaya fuera de el país estuvo incorrecta. Esto emprende una situación peligrosa para toda Latinoamérica.”

Aunque Andrés Bustillo, estudiante hondureño de décimo grado, está de acuerdo de que "no estuvo bien cómo lo hicieron, no fue la manera correcta de actuar.”, piensa que la expulsión de Zelaya fue algo bueno porque "Manuel Zelaya quería repartir los bienes de los ricos a los pobres. Manuel Zelaya quiere ser como Chávez.” Antes de su expulsión del país, Zelaya intentaba reformar la constitución de Honduras. El Congreso ya había anulado el referendo por el cual acusaron a Zelaya de tratar de reelegirse para otro mandato presidencial, hecho el cual Zelaya negó.

El 5 de julio, una semana después de que Zelaya fuera expulsado del país, él intentó entrar a Honduras por avión pero el gobierno hondureño, ahora dirigido por el presidente de facto Roberto Micheletti, lo evitó. Zelaya no pudo ingresar de nuevo a su país hasta el 21 de septiembre, donde se fue a refugiar a la embajada de Brasil.

Durante el transcurso de todo este tiempo, varios conflictos internos ocurrieron. Cortes de electricidad en la capital del país, Tegucigalpa, arrojamiento de gas lacrimógeno y disparos con balas de goma de la policía hacia los protestantes, manifestaciones por todo el país, y toque de queda, son algunos ejemplos de lo que ha estado ocurriendo en las últimas semanas en el país hondureño.

De acuerdo con Gabriela Murillo, estudiante de noveno grado, que acaba de venir de Honduras, dijo que cuando estaba en Honduras "hubo muchas protestas en el país en las cuales varias personas perdieron su vida. "Mel” y Micheletti hasta habían dirigido invasiones a ciudades como Tegucigalpa y San Pedro de Sula”. Valeria Briceno, estudiante hondureña de undécimo grado, nos dijo que su "abuela ni pudo ir a la iglesia por las protestas tan agitadas. ¡Cómo quisiera que todo esto terminara!”.

Durante las altas horas de la noche, las ciudades hondureñas se ven vacías y sin vida. Las únicas almas que se atreven a salir a las calles son los militares y los opresores. El pueblo hondureño duerme con temor ya que se le dispara a cualquiera que se atreva a salir de sus casas. Esto es producto del nuevo toque de queda estrictamente implementado por el ejército militar. Bustillo, quien tiene familiares viviendo en Honduras, le comentó a Silver Chips que "unos vecinos de mi familia fueron disparados por el ejército y algunos de ellos hasta murieron.”

El 30 de octubre se firmó un acuerdo entre Manuel Zelaya y Roberto Micheletti en el cual acordaron que el Congreso decidiría si Zelaya tiene el derecho de regresar al poder. Bustillo dijo que "si Zelaya vuelve a su cargo nada va ser como antes.” Pero estos planes se van a poner en alto porque el 6 de noviembre el acuerdo se invalidó como resultado de que Micheletti anunció un gobierno unido sin Zelaya. En respuesta, "Mel” decidió anular el acuerdo hecho el 30 de octubre ya que piensa que las prácticas de Micheletti "son antidemocráticas y no tienen un sentido de respeto a la palabra y mucho menos, la intención de revertir el golpe de Estado”, según la página Web del diario inglés BBC Mundo.

Sin embargo la nominación a la copa mundial del equipo hondureño ha menguado un poco la tensión política del pueblo aunque todavía falta mucho para que todo termine. El gobierno de facto declaró un día feriado para celebrar la clasificación de la selección nacional de Honduras. Miles de hondureños salieron a las calles la noche de la victoria y festejaron toda la noche; una alegría que sólo los futbolistas les pueden dar, en medio de tanta confusión y corrupción.