Hizbulá necesita irse

Escrito por Pia Nargundkar, Escritora en Línea

Mientras la mayor parte de los estadounidenses se relajan en el calor del verano, yendo a partidos de béisbol y nadando en la piscina, a 6.000 millas de aquí, en el Medio Oriente, la gente está envuelta en un conflicto furioso. Durante las tres ultimas semanas, Israel y el grupo militante chiíta que se llama Hizbulá han estado peleando en el sur de Líbano. Las noticias en los diarios no son alentadoras: han muerto decenas de niños inocentes en Líbano, descargas de artillería cayeron sobre Israel.

Cientos de ciudadanos de ambos países han muerto o han sido heridos, incluso cuatro observadores de las Naciones Unidas y algunos extranjeros también han caído víctimas de las balas. Los Estados Unidos tiene que activar más las medidas si se quiere desarmar a la malévola organización terrorista y parar el horrendo homicidio de los civiles libaneses.

Originalmente, Hizbulá se formó para luchar contra la ocupación israelí en el sur de Líbano seguida a la invasión del año 1982. Pero aunque las tropas israelíes se retiraron en el año 2000, Hizbulá continuaba instigando ataques contra Israel, y no es un "partido político legal" como se hace llamar.

El gobierno democrático libanés no da su apoyo a Hizbulá. Los EEUU y la mayor parte de los otros gobiernos consideran a Hizbulá una organización terrorista. Según el servicio de inteligencia de los EEUU, Irán provee a Hizbulá $100 millones anualmente en efectivo y en armas, incluyendo aproximadamente 13.000 cohetes y misiles.

La falta de apoyo para Israel de parte de los líderes mundiales es atroz. Después de los ataques de 9/11, los países de todo el mundo ayudaron a los EEUU a vencer el régimen del Talibán en Afganistán. El Presidente Bush justificó la invasión de Irak diciendo que Saddam Hussein tenía armas de "destrucción masiva" que era una amenaza peligrosa para los EEUU. Ahora Israel no actúa por una evidencia parecida sino contra el terrorismo que se que encara cada día. Si el Presidente Bush quiere practicar lo que predica sobre la guerra mundial contra el terrorismo, debe ayudar a nuestro aliado con su lucha contra las extremistas.

Nadie se beneficia de una guerra tan prolongada, pero tampoco sería una solución hacer un alto inmediato al fuego. Hizbulá debe ser desarmada y sacada del poder. La democracia del Líbano es débil y sin experiencia y se le debe dar una oportunidad a que tenga éxito. Para comenzar, el gobierno libanés tiene que tomar de nuevo el control del sur de Líbano.

Los Estados Unidos, ya habiéndose ocupado mucho entre Afganistán e Irak, no necesita hacerlo solo. Una fuerza de paz de las Naciones Unidas debe ser enviada, y no solamente para mantener orden en la frontera entre Israel y el Líbano. Mantener la paz en una región tan ardiente es difícil, como Irak ya lo ha demostrado. En vez de eso, se debe iniciar conversaciones de paz con todos los países en la región. La situación en el Líbano necesita una solución con una perspectiva más amplia considerando a todos los países del Medio Oriente como una sola región.

Por más terrible que sea la guerra, las acciones de Israel son justificadas. Sus ciudadanos viven en peligro inmenso cada día, ansiosamente esperando el próximo ataque de bombas suicidas. Después de haber lidiado con extremistas durante toda su existencia, Israel contraataca y se defiende, como es su derecho. Desafortunadamente, los ciudadanos libaneses están muriendo a causa de eso, pero hay que recordar que Hizbulá es una organización desvergonzada que se esconde entre su propia población civil para protegerse. El mundo debe mandar auxilio humanitario para ayudar a los libaneses, pero lo mejor que pueden hacer el mundo entero es ayudar a los libaneses a retomar el control de su país, en vez de dejarlo en manos de Hizbulá.